Los influencers del futuro podrían no ser humanos, según IA

La Inteligencia Artificial está transformando lo que entendemos por “influencia”. Cada vez más se difuminan los límites entre lo humano y lo digital, y surgen figuras en internet que podrían no tener ni rostro, ni cuerpo, ni una historia real; simplemente serían un conjunto de códigos programados.

El futuro, según la IA, podría estar dominado por entidades creadas por algoritmos, o lo que se conocen como “influencers virtuales”. Estas personalidades no son personas de carne y hueso, sino avatares diseñados para conectar emocionalmente y vender con una precisión inimaginable para cualquier ser humano. De hecho, ya existen figuras como Lil Miquela, Imma o Nobody Sausage, que han acumulado millones de seguidores sin haber sido jamás “nacidas” en el mundo físico.

Pero esto es solo el comienzo. Con los avances en modelado 3D, generación de voz y procesamiento de lenguaje natural, pronto veremos influencers que podrán interactuar en tiempo real. Estos avatares responderán comentarios y adaptarán su historia según la reacción del público, algo que los humanos no pueden hacer siempre.

A diferencia de una persona real, un influencer virtual nunca se cansa, no comete errores y no envejece. Cada gesto y emoción puede ajustarse exactamente a lo que el público desea. Detrás de ellos, hay equipos creativos y sistemas de IA trabajando para ajustar su tono, humor y apariencia, todo con el objetivo de destacar en un mundo digital cada vez más competitivo.

Este fenómeno es considerado como una evolución natural del marketing. Se pasa de una autenticidad fingida a un control total de la narrativa. No se trata de reemplazar a las personas, sino de crear versiones optimizadas de ellas, diseñadas para atraer más.

Sin embargo, esta perfección plantea un nuevo desafío emocional. Cuanto más perfectos sean estos avatares, más necesidad tendremos de contacto real. La IA nos plantea cuestiones profundas: ¿Cómo discernimos lo genuino de lo programado? ¿Y qué significa realmente “autenticidad” si hasta la vulnerabilidad puede ser simulada?

En un futuro en el que los influencers no sean humanos, el valor de lo imperfecto podría convertirse en la nueva joya. Ser auténtico, con todo lo que esto conlleva, puede ser visto como un acto de resistencia en un mundo cada vez más digitalizado.

La IA sugiere que el futuro de la influencia será híbrido. Las pantallas dejarán de mostrar personas para ofrecernos proyecciones diseñadas para cautivarnos. Y tal vez, en este reflejo digital, nos terminemos preguntando quién realmente está imitando a quién.

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